Vindicación del barro y piedra del potrero (fotos y audios) - la Demajagua

2021-11-22 13:10:36 By : Mr. Sage Hu

Quizás se pueda afirmar que la fabricación de materiales de construcción a nivel barrio y municipal de Granma se encuentra en un momento de reactivación, que espero se consolide, perfeccione y mantenga en el tiempo.

El comunicado se apoya en lo observado por este editor y otros compañeros del diario La Demajagua, en visitas recientes a instalaciones de varios municipios de Granma en las que se preparan recursos del tipo mencionado.

Asimismo, en las declaraciones frente a las cámaras del canal de televisión CNC-tv, realizadas por directivos de la Empresa productora de materiales de construcción (EPMC), del Poder Popular en Granma.

En la ocasión Sulaida Magdelín Ferrales Cover, directora de esa entidad, precisó que la tarea social de la empresa es producir y comercializar (a través del Comercio Interior) los recursos que obtiene, la mayoría de los cuales se destinan a la construcción o reparación de viviendas en personas favorecidas con la entrega de subsidios para tal fin.

APOYO IMPORTANTE DE UN PROGRAMA NOBLE

Los materiales de construcción obtenidos a nivel local son uno de los apoyos del Programa Nacional de Vivienda (PNV), iniciado en 2018, un propósito loable para solucionar en una década los déficits habitacionales acumulados a lo largo de los años, priorizando los casos de daños ocasionados a las viviendas. debido a eventos meteorológicos y en condiciones precarias.

El PNV comprende 3 planes: estatal, subsidios y esfuerzo propio.

En el caso de Granma, un censo de su fondo de vivienda realizado en 2017 reveló la necesidad de construir, en el transcurso de 10 años, algo más de 44.600 nuevas viviendas, y realizar 213.342 acciones de conservación y 21.000 126 rehabilitaciones.

Hacer realidad tal proyección requiere aprovechar la cantidad de posibilidades que existen, especialmente en las condiciones actuales, en las que la entrega a la EPMC del cemento esencial y otras producciones de la gran industria del sector de la construcción es insignificante.

LAS RESERVAS DE RECURSOS NATURALES ESTÁN EN MUCHO

De recursos minerales no metálicos, "Granma tiene una de las mayores reservas del país: caliza, roca volcánica, vidrio volcánico, margas, arcilla ...", explica Danilo Andréu Garcés, subdirector de producción de EPMC.

A lo anterior, cabe agregar las siguientes palabras del ingeniero Jorge Anacleto Sosa Díaz, quien durante 20 años realizó la prospección de mármoles en nuestro territorio, en los cuales, asegura, “existen incalculables reservas de rocas marmóreas de diversas tonalidades. ".

Los ejemplos que se enumeran a continuación son experiencias invaluables puestas en práctica en los años 90 del siglo anterior, lideradas por Ignacio Rodríguez Navarro, con una dilatada experiencia en el sector de la construcción, y el reconocido arquitecto Miguel Antonio Bermúdez Oliver, ambos ya fallecidos. .

En esos años duros del período especial, cuando había menos cemento y combustible disponible que ahora, motivaron a empresarios, trabajadores y vecinos de cada comunidad a buscar soluciones alternativas para la construcción de viviendas, y lo lograron.

Ignacio dijo: “En ese momento no había cemento industrial o casi nada con que construir casas. Se realizaron interesantes "inventos", por ejemplo, el bloque en U de hormigón para zapata y cerramiento, que no necesita molde de madera ni clavos.

“La fabricación de ladrillos de barro aumentó considerablemente. La agricultura, el Ministerio del Interior y el ya desaparecido MINAZ, se convirtieron en grandes productores. En todos los municipios de Granma había tejas; Algunos produjeron más, otros menos, pero lo hicieron.

“Al mismo tiempo, se dieron los pasos para la fabricación de cemento romano con zeolita y cenizas de ingenios azucareros. Se instaló una planta en Angostura, Buey Arriba, que producía miles de toneladas, hasta que a alguien se le ocurrió interrumpirla.

“Se incrementó la producción de cal en las plantas existentes y se instalaron pequeños hornos artesanales en algunos lugares de Pilón; El Bon, en Jiguaní, y El Jardín, en Cauto Cristo, entre otros, que luego por diferentes motivos dejaron de funcionar.

“Quien tiene cal puede darse el lujo de hacer una tercera, es decir, dos partes de arena y una parte de cal, que actúa como aglutinante y con la que se ahorra cemento.

“En la Sierra Maestra encontraron arcillas de varios colores, con las que elaboraban pigmentos para pintura a base de cal”.

La capacidad instalada consistió en 70 máquinas de palanca manual para fabricar bloques machihembrados (compuestos de arena, granito y cacao), y otras 37 de bolas en las que se fabricaban ladrillos; 45 para hacer celosías; 31 tejas de ladrillos de arcilla; cuatro hornos de cal del MINAZ, Poder Popular y Agricultura; 28 máquinas de tejas TEVI y 26 fábricas de pintura.

Retirar lo posible de esa experiencia es válido. Así lo corrobora una presentación del ingeniero Julio Oramas López, sobre construcciones de dos pisos realizadas entonces en Jiguaní con piedras, cacao (tierra blanca) y mínimas cantidades de acero y cemento, que han resistido el paso del tiempo.

Al evaluar las potencialidades en cuántos materiales existentes en el municipio, verificamos que el cacao es abundante, y en Cayo Espino hay una cantera de la que se pueden extraer cantidades considerables de agregados, explica Raúl Espinosa Argentel, director de la UEB Manzanillo de la EPMC.

“Reanudamos, señala, el proyecto Alterna, para la producción de bloques de tierra comprimida, que tienen buena resistencia, no necesitan yeso, ni grueso ni fino, que vendemos en módulos”.

En la localidad costera, señala, se rescató la producción de ladrillos de barro cocido, de los cuales se fabrican de 100 a 120 mil unidades mensuales, se fabrican cemento bajo en carbono, puertas y ventanas de madera y si el cliente lo desea se los instala. UEB compra cuadros a un trabajador autónomo y presta el servicio de pintura de edificios.

Tanto Espinosa Argentel como Ifraín Verdecia Torres y Arisleidis Sosa Puebla, directores de la UEB de la EPMC en Campechuela y Yara, respectivamente, señalan que tener cada vez más autonomía y las iniciativas puestas en práctica han elevado el salario de los trabajadores con menos de tres. mil pesos en los primeros meses de este año, a seis, siete mil y más en los últimos meses.

CORRER CONTRA EL VIENTO Y LA MAREA

Sulaida Magdelín Ferrales Cover precisó a esta publicación que en las actuales circunstancias, marcadas por las limitaciones económicas por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense a Cuba y la pandemia Covid-19, la EPMC “no ha detenido ninguno de sus procesos, emprendemos la producción del 18 líneas que son imprescindibles para hacer una casa, por ejemplo, bloques de hormigón, ladrillos de barro cocido, lavaderos, mesetas, tanques de agua, pinturas… ”.

Esta obra reivindica el barro, la piedra de pasto, la arena de río y otros recursos que Madre Natura pone en manos de quienes están decididos a utilizarlos para construir y preservar viviendas.

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