Los precios crecieron un 6% en el último año, el récord de Pontevedra desde los años 80

2021-12-06 22:06:33 By : Ms. Ada Cooper

La crisis sanitaria provocada por el covid ha dado paso a una escalada de precios que mordisquea sin pausa el poder adquisitivo de las familias y que reduce los márgenes de beneficio de las pequeñas y grandes empresas, arrastrando a muchas a entrar en pérdidas.

Hacer un presupuesto nunca ha sido un ejercicio tan arriesgado como ahora, porque además de pronunciado, la subida de costes es rápida e inestable. Los números de hoy caducan antes que nunca.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es uno de los termómetros que mejor pulsa el valor de los bienes y servicios y, según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre octubre de 2020 y octubre de 2021 (último dato disponible) la provincia de Pontevedra registró un incremento medio del 6,1%. Un número récord, ya sea comparado con el mapa estatal o con lo ocurrido en los últimos años.

La tasa de crecimiento está en lo más alto de la tabla nacional (en el puesto número doce de las 52 provincias y ciudades autónomas del país) y es la más alta de la comunidad gallega.

Pero además, para poder encontrar un ascenso similar, hay que retroceder mucho en la serie histórica. En las estadísticas desagregadas por provincias, no hay igual subida interanual (entre los meses de octubre) en toda la serie, que finaliza en 1992. Y en las estadísticas regionales, para encontrar un repunte tan alto, Es necesario llegar al período 1988-1999, cuando el IPC se disparó un 8% en Galicia.

Energía. El promedio del Índice de Precios al Consumidor se calcula en función de la cantidad de productos que consume una familia en su día a día que se han vuelto más caros o más baratos; pero es eso, una media.

En muchos casos el incremento ha sido mucho más intenso y, si cabe destacar, sin duda hay que empezar por hablar del coste energético, uno de los detonantes que ha provocado que el coste de la vida se disparara.

El IPC de electricidad, gas y otros combustibles ha crecido un 54% en el último año y, en la práctica, la subida ha sido aún más pronunciada. Según cifras facilitadas a este medio por empresas del sector, el llenado del depósito de gasóleo de una vivienda unifamiliar ha pasado de costar 450 a 870 euros en el último año y el de una comunidad de propietarios de 4.600 euros a 8.700.

En las gasolineras hay carteles con encadenamientos de subidas de combustible y en hogares y empresas la factura de la luz no deja de dar sustos, a pesar de los husos horarios y la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno al 10%.

transporte y materiales. El costo de la energía ha encarecido casi todo, pero no es el único fenómeno que ha contribuido a la inflación. La crisis del transporte y las materias primas ha provocado el caos en el comercio internacional y ha elevado casi todas las tarjetas de precios.

Las empresas del entorno no han tardado en resentirse. La falta de contenedores en circulación ha disparado el valor del flete, por lo que las importaciones desde países como China son cada vez menos rentables y las exportaciones a otros países más caras.

Enviar un contenedor a Sudáfrica que antes costaba 1.500 euros ahora cuesta 4.000 euros y, para colmo, hay que adaptarse a los tiempos que hay disponibles, lo que empuja a muchas empresas a recurrir al transporte por carretera.

La vorágine se ha visto agravada por problemas de producción en productores y distribuidores de materias primas y por una demanda que ha superado todas las expectativas.

Todo ello ha formado los famosos cuellos de botella que hacen que la patronal de Pontevedra tenga que posponer sus proyectos y pagar más por los que tiene que llevar a cabo.

La construcción es uno de los sectores más afectados. El precio del acero se ha duplicado, el del cemento ha subido un 75% y el valor de las maderas como el pino se ha triplicado.

¿Consecuencias? Solo entre junio y septiembre las obras se han encarecido un 20% y no solo se ven afectadas las viviendas nuevas, sino que el temporal también golpea las renovaciones.

La industria, sea la que sea, no es ajena a toda esta cascada de obstáculos. Las conserveras de la costa pontevedresa pagan el 50% por las latas, las bodegas han tenido que aflojarse los bolsillos para conseguir la misma botella con la que visten sus vinos e incluso las panaderías se han visto obligadas a subir panes y bollos. El trigo ha subido casi un 89% en lo que va de año, la cebada un 48% y el maíz un 32%.

La cadena de incrementos acaba en la cesta de la compra y a estas alturas del año la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que ya existen productos básicos que se han encarecido hasta un 21% en el último semestre.

Pronósticos. ¿Cuáles son las perspectivas para el futuro? Es la pregunta del millón de dólares, pero por el momento la respuesta no es hermética.

El tejido empresarial de Pontevedra quiere creer que se trata de un episodio efímero, pero sospecha que la tendencia alcista continuará (al menos) durante los primeros meses de 2022. Además, está casi convencido de que en muchas zonas será difícil recuperarse PRECIOS PREPANDÉMICOS.

El Banco de España se inclina más por previsiones menos optimistas y considera que el mayor impacto de los topes en el comercio exterior y la crisis de oferta se producirá el próximo año. De hecho, calcula que puede restar nueve décimas del PIB en 2022, unos 11.000 millones de euros.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apoya la teoría de que el Producto Interno Bruto se resentirá y predice que la inflación cerrará este año en el 2,9% y subirá al 3,2% en 2022.

Por el contrario, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, destacó esta semana que el gráfico de inflación en la eurozona es similar a "una joroba" y que las subidas de precios podrían haber alcanzado el pico en noviembre.

Las lecturas dispares complican las piscinas y, más aún, cuando Ómicrom acaba de subir al escenario, la variante del covid que ha retomado las restricciones y desplomado las maletas. A falta de conocer el futuro de los hechos, Diario de Pontevedra ha relevado a varios sectores para ver cómo está afectando la subida de precios y aunque cada uno lo percibe de forma diferente, todos coinciden. Hoy todo es más caro que antes de la pandemia.

El incremento de la luz supuso incrementos de entre 8 y 10 euros en la factura doméstica, pero "ahora vendrá lo peor"

Hablar de batir el récord en el precio de la electricidad ya ha dejado de sorprender al consumidor medio, debido a la reiteración de una escalada que parece no tener fin y que cada vez pesa más en el bolsillo de los usuarios.

Con cifras estratosféricas que ya han superado los 300 euros el megavatio hora, el rebote descontrolado se ha traducido hasta ahora en un incremento de entre 8 y 10 euros para una factura nacional media.

Una cifra que se multiplica por 20 en el caso de los negocios de consumo moderado y por 60 en los de alta demanda eléctrica, como hoteles, tiendas de congelados, supermercados ... Pero lo peor está por llegar. Al menos para los hogares.

Porque según Rosa Vales, presidenta de la Asociación de Consumidores y Amas de Casa de las Rías Baixas, la factura de la luz empezará a subir a partir de ahora con el invierno.

"Hay terror en la factura de octubre y noviembre, con el consumo de las calefacciones, el cambio de horario ...", advierte. Los usuarios se quejan de la desinformación total que rodea al consumo de luz. "Recibes un recibo cada dos meses, pagas, punto", lamenta.

Faltan desgloses como los movimientos bancarios, donde se detalla el consumo de cada día, "para que cada uno se organice y pueda verificar si las cifras son correctas". Recibos de 2.000 euros.

Lupe Murilo, directora de Pescamar: "Lo único que se mantiene estable es el precio del atún, pero el resto de elementos han subido de precio"

Conocemos casos de particulares que han recibido facturas excesivas, de más de 2.000 euros, y es fácil imaginar que debe haber un error o que alguien ha tocado la luz. Pero con el sistema de lectura actual estás indefenso, porque aunque te quejes, sí la empresa te dice que todo está correcto, no puedes hacer nada ”, critica.

La portavoz del consumidor no prevé un final feliz a corto plazo, por lo que apela a la voluntad política para afrontar un drama "que no se da en otros países europeos. Hasta la casa más humilde disfruta de su calefacción sin miedo al recibo". que en el norte hace más frío, y aquí, sin embargo, tenemos que caminar pesados ​​y escatimar en horarios ".

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En el mundo empresarial, la tasa también está pasando factura. Marfrío ha pasado de un recibo de 45.000 euros a uno de 90.000 y Conservas Pescamar se ha visto obligada a "modificar contratos cada semana".

La empresa ha instalado paneles solares para amortiguar el impacto del gasto energético, pero aún se ve afectada de manera rotunda por "el precio por kilovatio, que se ha disparado", dice la presidenta, Lupe Murillo.

El costo de ejecución del proyecto aumenta en un 20% y el valor de las materias primas se dispara. El acero vale el doble que hace un año

La construcción es uno de los sectores más afectados por la escalada de precios, del que no se escapan las grandes obras. La escasez de materiales, junto con la crisis del transporte y la sobredemanda, ha disparado las tarifas que se manejaban en tiempos prepandémicos, llevando a muchas empresas del sector a retrasar o paralizar directamente sus acciones.

Por el momento, la construcción de Gran Montecelo resiste, pero la reforma de la Terminal de Ómnibus se suspendió por la tormenta de materiales y la humanización de Loureiro Crespo ha tenido que extender el plazo de ejecución por falta de materiales y su encarecimiento, entre otros factores.

Javier Carballeda, presidente de la Asociación de Constructores: Esto va a tener que estabilizarse, porque la subida que estamos presenciando es inasequible

Las obras privadas presentan los mismos hándicap y, a pesar de que el sector tiene una gran demanda de obra nueva, varias promotoras de la provincia han tenido que posponer sus proyectos hasta una época de mayor estabilidad.

El gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra, Javier Carballeda, es un fiel testigo de la vorágine que afecta al mundo del ladrillo. Consultado sobre los datos, el portavoz se refiere a un reciente informe de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) sobre la evolución de los costes de junio a septiembre de este año, en el que se concluye que "el incremento medio de las obras fue del 22% en las tres meses. "

Además, la organización detectó que el 75% de las empresas constructoras padecían problemas de desabastecimiento y que el 40% de las obras "estaban paralizadas o ralentizadas". El aumento de montos está siendo "exponencial" y afecta a todos los eslabones que componen la cadena de construcción.

Empezando por el aceite y continuando con elementos más concretos como "el panel sándwich, la grifería, los electrodomésticos ... Locos", subraya Carballeda. La Asociación es consciente de las previsiones de que "la situación podría normalizarse en el segundo semestre de 2022".

Su presidente insiste en que de momento "es una hipótesis", pero también considera que "al final esto va a tener que estabilizarse porque la subida que estamos presenciando es inasequible para nuestro sector y para todos".

Picos. Desde el verano de 2020 hasta agosto de 2021, el acero aumentó su precio en un 105%, el aluminio en un 81%, el cobre en un 77%, el cemento en un 75% y, aun así, la curva no ha tocado techo.

La lista de cantidades se ha modificado varias veces en lo que va de año, siendo la madera una de las materias primas que se ha encarecido tras el brote del covid. Algunos formatos de madera de pino han triplicado su valor y han pasado de costar 500 euros el metro cúbico a 1.500.

Una subida inigualable que también se ha producido a una velocidad vertiginosa, "desde mediados de mayo hasta la actualidad", comenta Jesús García Sierra, gerente de Carpimoble.

Esta carpintería pontevedresa consigue evitar el salto de precio que se ha producido en los grandes formatos de madera de pino, ya que su trabajo se centra en interiores, pero se ha visto afectada por la subida de otro tipo de tableros, que "han subido mucho".

La subida ha llevado a "modificar presupuestos", pero en muchos otros casos, cuando el cliente ya ha entregado el anticipo que se solicita como garantía, la empresa ha tenido que asumir las pérdidas.

La actualización de las tarifas levanta algunas quejas entre la clientela, pero según el empresario, la mayoría están contenidas "porque es algo que todos conocen y que afecta a todos los sectores".

Además, no detiene pedidos. "O al menos en nuestro caso la obra no va a bajar". En el ámbito de la obra pública, una de las grandes exigencias del sector de la construcción es que la Administración ofrezca herramientas para paliar la fugaz obsolescencia que están teniendo los presupuestos.

En concreto, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha solicitado que se derogue la Ley Reglamentaria de Desindexación en la Contratación Pública y que, al mismo tiempo, se restablezca el sistema de cláusulas de revisión de precios en los contratos públicos.

Con la normativa vigente, desde que se licita un proyecto hasta que se adjudica no hay revisión, por lo que "todo el aumento lo absorbe el adjudicatario". “Por eso, muchas obras públicas provocan pérdidas, algo que, unido a la escasez de suministros y mano de obra, conforma un temporal que definen como perfecto, pero que para nosotros es imperfecto”, sentencia Carballeda. En el trabajo privado, hasta el punto de que “se pospusieron muchas promociones porque no salen los números”.

Es irrefutable. Cada vez el presupuesto de compra da por menos. Cualquiera que vaya al supermercado lo sabe y confirma todas las estadísticas. Fuentes consultadas de un conocido hipermercado (que prefiere permanecer en el anonimato) aseguran que la escasez de determinados productos se está mitigando con la sustitución de productos similares de otras marcas, pero que "sin duda la cesta de la compra ha subido".

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó el pasado miércoles un nuevo estudio en el que vuelve a vislumbrar "claros indicios del repunte de muchos productos alimenticios básicos en los últimos seis meses" y cuya principal causa es la subida de los precios de la energía.

La entidad asegura que estos incrementos, "inéditos en los últimos años", se producen en productos como pastas, carnes como ternera y pollo, leche y huevos, que se han encarecido un 8,3% y un 21,2% en apenas seis meses. Por el contrario, las disminuciones son menos pronunciadas y afectan a menos productos, como zanahorias y manzanas.

La OCU confirma que es muy difícil escapar a esta subida de tarifas, pero insiste en que el consumidor debe "comparar precios, buscar productos sustitutivos y comprar en los establecimientos más baratos para intentar escapar de esta subida generalizada de precios".

El aumento afecta a los productos de higiene y otros rubros secundarios como el tabaco. Entre septiembre y octubre, las principales empresas tabacaleras aplicaron entre sus principales referencias de cigarrillos la mayor subida de precios que se ha registrado en los últimos cuatro años, aunque según agentes del sector el incremento no ha sido exagerado ni ha reducido la demanda.

“Solo subió 15 centavos y no había subido en cuatro años, por lo que no se notó mucho. La gente está más preocupada por la luz”, dijo un trabajador del Estanco Pontevedra. 

La escasez no afecta solo a la construcción o la industria. El sector de la hostelería, sin ir más lejos, viene sufriendo desde hace meses la escasez de algunas de las marcas más consumidas entre los devotos del gin tonic o el whisky.

Una ausencia que ha supuesto una subida de precios y combinaciones que antes costaban 4,50 o cinco euros ya se comercializan por encima de los seis euros. Pero la inflación en la vida nocturna no es solo atribuible al hecho de que miles y miles de contenedores llenos de licores continúan en los puertos británicos esperando un barco que los lleve a su destino.

También hay factores determinantes, como la subida de la electricidad o el encarecimiento de los refrescos. Un cóctel de quiebras que, lejos de resolverse a corto plazo, amenaza con durar varios meses.

Porque la raíz del problema no es la falta de alcohol. Las destilerías tienen producto de sobra. Lo que escasea son las botellas para envasarlas. Porque uno de los mayores productores es China, que como consecuencia de la pandemia bloqueó el suministro internacional.

Miles y miles de contenedores quedaron estacados en sus puertos, sin poder ser cargados en los barcos, hasta que terminó la inexcusable cuarentena. Las marcas más escasas son Seagram's, Absolut, Beefeater y Jameson. El ron dominicano también comienza a desaparecer de los estantes sin encontrar reemplazo.

Un 'desglose' que, en el caso de la ginebra, se entiende por el hecho de que prácticamente la mitad de las bebidas que se sirven en la hostelería son gin tonic. Y de ellos, el 90% de las personas prefieren Seagram's.

Industria: la inflación de los materiales básicos y el transporte eleva el costo de producción

La industria de Pontevedra y su entorno no recuerda un momento tan difícil para completar sus procesos productivos y conseguir que el producto llegue a su destinatario en tiempo y forma y sin incurrir en pérdidas. Los materiales básicos han roto su stock y muchos se han revalorizado a un ritmo que es difícil que afecte al precio final.

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La directora general de Conservas Pescamar, Lupe Murillo, asegura que “lo único que se mantiene estable de momento es el precio del principal material, el atún, pero el resto de elementos ha subido de precio”.

El envase que utiliza la empresa de Poio para conservar alimentos se ha encarecido un 50%, el cartón ha acumulado tres subidas en los últimos meses que han subido el precio alrededor de un 20% y el petróleo se ha apreciado un 10%.

Además, ha incrementado su gasto en transporte y gasto energético, lo que ha llevado a la compañía a notificar a sus clientes un incremento de precio. Murillo quiere "ser optimista" y creer que es un fenómeno "temporal", pero advierte de una cosa y es que hoy la competencia es parte de un mundo globalizado donde no todos los competidores enfrentan las mismas amenazas.

"Por ejemplo, nuestra competencia más directa es Tailandia y la electricidad no sube allí y el atún, que se pesca en el Océano Índico, está mucho más cerca de nosotros que nosotros". Otra empresa del sector afincada en el Puerto de Marín, Marfrío, ha visto cómo muchas de las especies que importa de diferentes caladeros han subido de precio y cómo, además, el transporte marítimo de la mercadería es menos regular y más caro .

El envío de un flete que anteriormente costaba 3.500 o 4.000 dólares alcanzó en los últimos meses los 17.000 dólares y en muchos otros casos el costo del transporte aumentó entre un 70% y un 80%.

Además, como explicó recientemente a este medio su presidente, Santiago Montejo, la falta de colas hace que se tengan que dedicar más días con mercadería en tránsito en cámaras frigoríficas, lo que también incrementa el gasto. Algunos indicadores apuntan a que el precio del transporte marítimo ha entrado en una fase de descenso, pero no es el único frente abierto.

La falta de conductores y el aumento del precio del combustible ha hecho que los precios de las rutas normales se hayan triplicado. La vorágine incluso ha animado a empresas del sector alimentario a adelantar la campaña navideña.

Es el caso de Clavo Food Factory, una fábrica de productos gastronómicos para la hostelería con sede en Caldas de Reis que, en lugar de iniciar los envíos en la primera semana de diciembre a Francia o Italia, decidió empezar a mediados de noviembre para asegurar que que sus productos estuvieron disponibles en estas fechas especiales, las de mayor consumo del año.

25% más. Montajes Rías Bajas, especializada en montajes industriales, es una de las empresas de Pontevedra que ha visto subir por las nubes el precio del acero inoxidable y Nodosafer, dedicada a la fabricación de maquinaria para transformar piedra, está siendo testigo del mismo fenómeno.

En consecuencia, su director, José Manuel Guitián, calculó el mes pasado que el coste de producción ha subido un 25% y que, además, el cierre de presupuestos es un ejercicio cada vez más difícil. 

Pese a todos los avatares, las empresas de la provincia exportaron productos valorados en 7.509.468.000 euros entre enero y agosto, un 21% más que en el mismo periodo de 2020, un 22% más que en 2019 y más del doble de los registrados hace una década.

Los diez sectores que más facturaron fueron venta de vehículos (4.432.442.000 euros), carnes y pescados (967.379.000), metales manufacturados (343.628.000), maquinaria (291.567.000), productos alimenticios y bebidas 252.728.000, (productos químicos (241.984.000), productos minerales (185.868.000), objetos plásticos (164.275.000), pulpa de papel (135.652.000) y hortalizas (113.461.000).

La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones informó que en noviembre se matricularon en España 66.399 turismos, lo que supone una reducción del 12,3% respecto al mismo mes de 2020, al inicio de la pandemia. Si se compara con dos años antes, la caída es del 28,7%.

Una alerta en ventas que ha provocado una deriva de compradores hacia el mercado de segunda mano o, en el caso de los más cautelosos, que pospone la renovación del vehículo más de lo esperado, recogiendo la puesta a punto y visitas a los talleres.

Algunos usuarios temían que este aumento de la demanda tuviera un efecto inverso en los precios. Pero Enrique Fontán, presidente de la Confederación Española de Talleres, lo niega: "No tenemos constancia de que los repuestos se hayan encarecido. Pero es cierto que hay más escasez y eso provoca un aumento de los tiempos de entrega, lo que ralentiza el reparar".

Este problema de suministro se debe a que antes había muchas menos marcas en el mercado, por lo que los almacenes tenían un stock relativamente cercano y todo el proceso se agilizó.

"Pero ahora casi todo se trabaja directamente desde la fábrica y en algunas marcas, como la más nueva, la pieza puede tardar hasta dos meses en llegar". Fontán destaca que “lo que hemos visto un incremento enorme -y preocupante- es en materias primas, como pinturas, energía eléctrica, aparejos, lijas ...” las virutas.

Pero al margen de la reparación, la producción de vehículos está mostrando la falta de ciertos materiales, como los famosos chips, elaborados con materiales como el silicio o el selenio, que actúan como semiconductores de la electricidad en los circuitos.

Un coche incorpora hasta 14.000 de estos repuestos, por lo que la crisis de suministro está provocando dos situaciones: que los consumidores pospongan la compra hasta que haya más seguridad, o que opten por un vehículo usado.

Las ventas de automóviles cerraron uno de los noviembre más negros y acumularon cinco meses consecutivos de caídas 

Esto explica por qué las ventas de automóviles acumulan cinco meses de caídas y noviembre ha cerrado como uno de los más negros de la secuencia, con un descenso del 12%. Pero el efecto dominó no acaba ahí, porque la caída de la producción ha provocado una cascada de ERTE en los fabricantes.

Sin ir más lejos, Stellantis (Citroën de Vigo) ha ampliado la regulación temporal a 5.000 trabajadores. En cuanto a las perspectivas de futuro, Enrique Fontán cree que no hay señales de una solución a corto plazo.

“El covid ya no debería seguir afectando este problema y creo que hay mucha gente que se está subiendo al tren de esta fiesta. No veo una justificación, como con la energía. Algo no cuadra. La pregunta es que todo esto tiene repercusión en las empresas y, al final, terminaremos pagándolo todo. En nuestro sector estamos conteniendo el precio de la mano de obra, pero si esto continúa, llegará un momento en el que no podremos hacer ya ", dice.